Cuando tratamos de definir o explicar uno de los hechos más
habituales que tiene el ser humano: sentir una emoción, solemos apelar a un
ejemplo o vivencia: “me puse triste cuando… ”
Pero explicar lo que se produce en nuestro cuerpo a nivel
interno es bastante más complicado. ¿Os acordáis de la película “Del revés”? Sí, trataba de
de eso.
A veces nos sentimos raros. En muchas situaciones de nuestra
vida no nos resulta sencillo entender lo que pasa en nuestro cuerpo, lo que nos
pasa por dentro, lo que sentimos…
En esos momentos es cuando suelen aparecer comportamientos
raros, reacciones intensas, que pueden incluso sorprendernos a nosotros mismos
y causarnos malestar.
Para diferenciar cuándo estamos viviendo una emoción de
otras reacciones que surgen de nuestro interior a nivel afectivo, vamos a
centrarnos en un aspecto de esta definición:
Las emociones son pasajeras, efímeras, duran un rato, no son
permanentes. En relación a otras cosas son mucho más cortas e intensas.
El lenguaje nos puede ayudar a diferenciar eso:
El lenguaje nos puede ayudar a diferenciar eso:
Lo que
hemos tratado en actividades anteriores: nuestras cualidades, fortalezas..,
forman parte de nuestra naturaleza de nuestro SER, Yo SOY……... Sin embargo las emociones apuntan más hacia
verbos como ESTAR (Yo ESTOY..........) o tener.
En la actividad de esta semana vamos a centrarnos en eso. Haremos una ruleta que nos va a ayudar a diferenciar las dos cosas: recordarnos lo
que somos (como hemos hecho en las actividades anteriores), y como nos podemos
sentir en un momento determinado debido a algo puntual, es decir nuestras
emociones.
Os propongo una actividad que encontré una página de enseñanza del
español. Ana Gómez Rudilla la propone en su blog “El lápiz de Ele” para sus
seguidores: La rueda del Ser-Estar
OPCIÓN para TODOS LOS CURSOS: La
rueda del ser-estar
Vamos a hacer dos ruedas: la del SER y la del ESTAR. Te
proponemos el diseño de nuestra amiga Ana Gómez, pero si quieres puedes hacer tú,
tu propio diseño personalizado.
Completa y decora ambas ruedas. Recórtalas y coloca la
segunda detrás de la primera. Únelas y coloca algún mecanismo (pincho,
chincheta, encuadernador).
Girando la rueda número 2 podrás indicar que emoción sientes
en un momento determinado.
Esta rueda tiene múltiples utilidades. La principal es que
sepamos diferenciar nuestras emociones y darnos cuenta de otros aspectos que
giran en torno a ellas: qué las provoca, como se pone mi cuerpo, cuando suelen
aparecer…
Pero a mí se me ocurre otra muy importante, y es que algunas
veces los papás empleamos mal nuestro lenguaje. Decimos: “eres un
desobediente””eres un desastre”, y pocas veces, llevados al límite se nos puede
escapar: “eres tonto”. Ya sabes que los padres no somos perfectos.
En esos casos también podemos utilizar nuestra ruleta mágica
ensenándola a los padres y diciéndoles: ¿ves la ruleta?, en ningún sitio pone
que sea tonto, lo que me pasa es que estoy enfadado, ¿no ves que pone en la
ruleta la cara de enfadado?, y por eso he reaccionado así. ¡Lo siento!.
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