Quiero confesaros que todavía sigo “presa” de “El
principito”. Todavía sigo echando un vistazo al cuento de vez en cuando.
Cuando lo hago, siempre despierta
algo en mí, una sonrisa, un pensamiento, siento nostalgia de la niñez y su
inocencia, envidia de su imaginación y creatividad. Y, si lo leemos
detenidamente, surgen mil pensamientos y emociones en cada recodo. Porque ese
libro es como un viaje emocional con mil paradas, en el que el pequeño principito hace que le acompañemos
de tal manera que no nos podamos resistir a su inocencia y fantasía.
Como hemos dicho, la literatura es una creación humana que refleja las vivencias, emociones, afectos y creencias de sus autores. Las poesías, narraciones, cuentos tienen un encanto y una magia especial que logra conectar por vía directa con nuestra vida emocional. Los valores y las emociones siempre han estado detrás de los grandes relatos de nuestra literatura.
Cuando les leemos un libro o
hacemos leer un libro a nuestros hijos, adquirimos un desafío, en el que cobramos los padres un papel
fundamental: ayudarles a desentrañar la
sensibilidad y a esclarecer las emociones que yacen en el relato, como semillas
en la tierra a punto de germinar.
Eso es precisamente lo que pretendemos con la actividad de esta semana, que vuestros hijos se contagien de las emociones que han encontrado en ese libro que les ha gustado mucho. Nos las van a plasmar en un pequeña ficha a modo de recopilatorio emocional de lo que han leído y, si quieren, podrán ir formando su fichero personalizado conforme vayan leyendo.
En estos últimos años han surgido
numerosos escritores e ilustradores, que han hecho de las propias emociones la
temática principal en sus libros. Autoras como Begoña Ibarrola o Violeta
Monreal han creado sus series de relatos en torno a ello. Tienen la ventaja de
hacernos muy explícito el tema, ya que trata directamente de emociones, pero se
pierde el encanto de encontrar esa frase que nos sugiere, que despierta un
pensamiento, un recuerdo… Hay también una corriente de “filosofía
para niños” que trata de pensar sobre hechos personales o sociales a través de
materiales específicos que ayudan a padres y educadores a tal fin.
Apostamos por todo ello, sin duda. Por esos cuentos fabulosos que son verdaderas “obras de arte de la ilustración”, por los cuentos tradicionales, por los cuentos sobre emociones y por los que nos ayudan a pensar. Por eso espero que disfrutéis, tanto vuestros hijos como vosotros, con esta actividad. Los cuentos nos deben acompañar toda nuestra vida.
Os pongo el enlace directo de dos cuentos, recogidos en el apartado de padres de esta página, para que sigáis disfrutando. Están escogidos, leídos y comentados por Luis Pescetti un gran humorista argentino que merece la pena seguir.
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